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Alfa y Omega

Microcuentos

Sonrie

La niña sonreia, ella sola , con esa sonrisa pletorica de felicidad habia conseguido que los dioses dieran otra oportunidad a este mundo tan cansado. Sus dientes blancos y su trino como de pajaro llenaban toda la habitación. Los adultos la miraron desconcertados por un momento, quien era ella para reirse de algo que no tenia gracia? ¿Que tiene hoy en dia gracia si solo la ironia lo cubre todo?

Cuando la niña miro a sus amigos adultos y les mostro lo que escondia en el brazo no pudieron evitar mirarse entre ellos, sus feas mascaras palidas se resquebrajaron en el aire y una felicidad que calento todos sus cuerpos y les quito la fuerza del cuerpo hasta el punto que desearon estar sentados o acostados. Nada tenia logica, pero habia un camino, y que bueno era saber que existia algun sitio por donde andar.

Ellos tambien sabian reir, ¡¡ELLOS TAMBIEN SABIAN REIR!!

Empecemos con los viejos

voy a intentar poner aqui los microcuentos que se pudieron salvar de un formateo de mi ordenador por estar colgados en la red. no son muchos ni necesariamente los mejores pero serviran como comienzo de lo que pretende ser un microcuento publicado a la semana. no es necesariamente estricto pero si me exijo mas paso el riesgo de no cumplir. veremos como sale esto.

Sobre las profundidades

Ella coleccionaba sonrisas, intentaba recordarlas todas en su pequeña cabecita, era un trabajo arduo, pero con cada sonrisa que recordaba le venían también los buenos momentos. Estaba sola, la vida en su amarga marcha había decidido quitarle todo lo que tenia y ahora ella con 22 años no sabia cual era el siguiente paso que dar. ¿Dejarse aplastar por la marea o seguir intentando nadar por encontrar una pequeña playa donde descansar del viaje por un tiempo?

Los peces de abajo y las personas a su lado necesitaban ayuda y a veces se unían para aguantarse un instante a descansar pero eran breves y anecdóticos encuentros, ella necesitaba una isla o la mas profunda de las fosas. Debía decidir, no comprendía como tanto dolor podía existir, los pulmones llenos de agua, sus compañeros del camino esperándola en lo más hondo de la fosa, gente a la que ya no vería mas nunca y solo seria recordada como anécdotas del camino.

Se encontró con un viejo que nadaba con todas sus fuerzas (que eran bastante pocas), y con un joven que gastaba sus fuerzas nadando en círculos. Se encontró con mujeres que nadaban juntas hundiendo a los hombres y a hombres haciendo lo propio, en vez de ayudarse mutuamente. Se encontró con gente que intentaban salvar a los peces subiéndolos a la superficie solo consiguiendo que los peces murieran aunque esto no les echaba para atrás en su empeño. Se encontró con tantas cosas que no pudo evitar llorar y confundir agua con sal.

Penso que había después de la fosa y se dio cuenta que en cualquier momento podría decidir dejar de nadar, esa opción llegaría siempre al final. No era lo que estaba buscando, pero le sirvió lo suficiente para concentrarse en seguir nadando hacia el este, bajo aquellas estrellas tan prometedoras que veía. Por lo menos seria interesante llegar allí y ver las estrellas en toda su grandiosidad.

Con todas sus fuerzas la niña memorizo la sonrisa de ese viejo, era preciosa en su envoltura, leyó la galletita de la suerte que ponia, “hoy no llovera para ti, aprovecha el dia”, olvido el paraguas en su sitio y salio a la calle en medio de toda la lluvia. Hacia un dia maravilloso