El devorador (ojo es un poco gore)
Todo esto ocurrio el dia que paseaba con mi prometida por la feria de la ciudad. en un momento dado ella dijo: oh! vaya! parece un espectaculo de lo más increible. Al final de su vista un carromato en el que dibujado habia un hombre fuerte vestido con una malla rojo chillon y una cara de desquiciado junto a un cartel que ponia el devorador.
-¿querida, entramos a verlo?.
-oh si Charles. Replico Esther.
Lentamente nos acercamos al carromato donde un hombre ligeramente obeso y con un absurdo bigote que apuntaba hacia el cielo pregonaba el espectaculo con una voz cargada de magnetismo.
-Atencion damas y caballeros pasen y vean al gran Nestor devorandose a si mismo. Solo para estomagos fuertes. Pasen en una experiencia unica, vital!!! Todas las sesiones se llenan, no espere a que sus vecinos le cuenten lo que usted puede haber visto con sus propios ojos.
-Caballero! dos entradas por favor!
-dos dolares señor. Y con este simple gesto entramos detras del pesado cortinaje que olia a polvo.
El acomodador, un joven delgaducho y a primera vista enfermizo vestido con una chaqueta roja nos acompaña buscandonos un asiento mientras nos dirije a unas gradas abarrotadas de niños, parejas y gente corriente. El olor a palomitas lo llena todo. La espectacion es inmensa. Casi se puede sentir. Los gorjeos de la gente mezclado con la musica ambiental aumentan y decrecen siguiendo una sinfonia desquiciada.
Derrepente algo cambia en la musica ambiental, y en medio de todo empieza a surgir un extraño humo. Una voz que proviene de ninguna parte exhala: Con ustedes el gran y maravilloso Nestor el devorador. Sientense y deleitensen con este espectaculo unico que ha recorrido las cuatro esquinas del globo
Poco a poco y mientras el humo se va disipando, un foco ilumina el centro de la pista y empezamos a vislumbrar una figura. Es grande y va vestida de chillones colores, con un rojo predominante. Parece una imagen mas real de la persona que estaba dibujada en la pared de la entrada.
-Resulta ligeramente comico ¿no crees querida? ella me mira y sonrie, flirteando ligeramente con la mirada.
El hombre ataviado de tan extraña manera mira al publico con una extraña determinacion en su rostro y parece decirnos algo. Sonrie cuando su mirada pasa cerca de los niños y guiña el ojo a dos bellas muchachas y a mi queridisima Esther. es entonces cuando el tambor aumenta su ritmo y subitamente cesa. Y el empieza a moverse por el escenario. Hace unos gestos bruscos con la cabeza, oimos un claqueteo fuerte y casi al mismo tiempo vemos como su mandibula cruje y se desencaja. Un chillido de horror recorre el publico. Lo siguiente que hace es situar su cabeza en un angulo imposible que deberia dejarle muerto. Esta vez no hay sonido de vertebras saltando y eso lo hace aun mas inquietante, la mandibula cuelga horriblemente y parece empezar a cobrar vida. Noto como Esther se agarra fuerte a mi brazo. yo no puedo apartar la mirada como un cervatillo ante unos grandes faros de un chevrolett. Pronto la mandibula se clava fuertemente en su carne y sus fauces son teñidas de un rojo oscuro que se confunde con su ropa.
Aparto ligeramente la mirada y veo como la cara de todas las personas en la grada son de una incredulidad unica mezclada con el mayor de los horrores. Oigo un ruido intenso y vuelvo a mirar. El cuello se ha desinflado como una bolsa vacia de cacahuetes y contemplo como el propio pecho empieza a menguar.
En segundos todo el parece estar haciendose mas y mas pequeño cuando la logica dice que su estomago deberia inflarse. imposible! este espectaculo de farsantes ha de tener algun truco ilusorio! me digo a mi mismo intentando ver como lo hace. Con espejos concluyo pero la respuesta no me satisface demasiado. El olor a sangre y bilis llena el aire y veo como algunas damas cubren su rostro con un pañuelo para posteriormente desmayarse al lado de su galan. Esther sigue atenta a todo, aunque con la nariz regañada en un gesto de desagrado.
los pies empiezan a escurrirse y chorrear una negra bilis y contemplo como su rostro se hunde lentamente hacia ellos, o son sus pies que estan empezando a subir¿?
Entonces se detiene un momento y nos mira como queriendo indicar que lo que esta haciendo no le cuesta lo mas minimo. Su mirada que ahora parece desquiciada rodeada por toda la sangre nos mira una ultima vez y sus dientes rojos y demasiado grandes parecen sonreirnos. En un ultimo suspiro traga sus piernas y queda su cabeza como un melon maduro depositado en el suelo.
Su boca se hace mas ancha si eso fuera posible y sigue mordisqueando. los dientes empiezan a hacer desaparecer su cara, primero la nariz luego los ojos y las cejas hasta q solo queda una boca que se cierra sobre si misma. En ese momento y en medio del humo la boca desaparece y el escenario se queda vacio bajo el foco.
el publico se mantiene en silencio por un momento anonadado. Un hombre rechoncho salta al cemntro de la pista y grita "Nestor... el hombre que se devora a si mismo... " ta chan!!!!!!!! Todos miran al centro de la pista y parecen descansar por que el espectaculo haya acabado. La absurda idea de aplaudir recorre a unos pocos de los que alli estan y se oyen solitarias palmadas entre un mar de gente. El maestro de carpa continua su peyorata: recuerden, la proxima sesion sera a las ocho. No se olviden pasar por la sala de recuerdos.
Esther y yo abandonamos la carpa en silencio y no es solo hasta dos horas despues que intercambiamos una o dos palabras y ninguna sobre lo que acabamos de ver, como intentando olvidarlo. Esa noche, en mi cama me retuerzo con extrañas pesadillas que se que hasta el final de mis dias me acompañaran esporadicamente.
-¿querida, entramos a verlo?.
-oh si Charles. Replico Esther.
Lentamente nos acercamos al carromato donde un hombre ligeramente obeso y con un absurdo bigote que apuntaba hacia el cielo pregonaba el espectaculo con una voz cargada de magnetismo.
-Atencion damas y caballeros pasen y vean al gran Nestor devorandose a si mismo. Solo para estomagos fuertes. Pasen en una experiencia unica, vital!!! Todas las sesiones se llenan, no espere a que sus vecinos le cuenten lo que usted puede haber visto con sus propios ojos.
-Caballero! dos entradas por favor!
-dos dolares señor. Y con este simple gesto entramos detras del pesado cortinaje que olia a polvo.
El acomodador, un joven delgaducho y a primera vista enfermizo vestido con una chaqueta roja nos acompaña buscandonos un asiento mientras nos dirije a unas gradas abarrotadas de niños, parejas y gente corriente. El olor a palomitas lo llena todo. La espectacion es inmensa. Casi se puede sentir. Los gorjeos de la gente mezclado con la musica ambiental aumentan y decrecen siguiendo una sinfonia desquiciada.
Derrepente algo cambia en la musica ambiental, y en medio de todo empieza a surgir un extraño humo. Una voz que proviene de ninguna parte exhala: Con ustedes el gran y maravilloso Nestor el devorador. Sientense y deleitensen con este espectaculo unico que ha recorrido las cuatro esquinas del globo
Poco a poco y mientras el humo se va disipando, un foco ilumina el centro de la pista y empezamos a vislumbrar una figura. Es grande y va vestida de chillones colores, con un rojo predominante. Parece una imagen mas real de la persona que estaba dibujada en la pared de la entrada.
-Resulta ligeramente comico ¿no crees querida? ella me mira y sonrie, flirteando ligeramente con la mirada.
El hombre ataviado de tan extraña manera mira al publico con una extraña determinacion en su rostro y parece decirnos algo. Sonrie cuando su mirada pasa cerca de los niños y guiña el ojo a dos bellas muchachas y a mi queridisima Esther. es entonces cuando el tambor aumenta su ritmo y subitamente cesa. Y el empieza a moverse por el escenario. Hace unos gestos bruscos con la cabeza, oimos un claqueteo fuerte y casi al mismo tiempo vemos como su mandibula cruje y se desencaja. Un chillido de horror recorre el publico. Lo siguiente que hace es situar su cabeza en un angulo imposible que deberia dejarle muerto. Esta vez no hay sonido de vertebras saltando y eso lo hace aun mas inquietante, la mandibula cuelga horriblemente y parece empezar a cobrar vida. Noto como Esther se agarra fuerte a mi brazo. yo no puedo apartar la mirada como un cervatillo ante unos grandes faros de un chevrolett. Pronto la mandibula se clava fuertemente en su carne y sus fauces son teñidas de un rojo oscuro que se confunde con su ropa.
Aparto ligeramente la mirada y veo como la cara de todas las personas en la grada son de una incredulidad unica mezclada con el mayor de los horrores. Oigo un ruido intenso y vuelvo a mirar. El cuello se ha desinflado como una bolsa vacia de cacahuetes y contemplo como el propio pecho empieza a menguar.
En segundos todo el parece estar haciendose mas y mas pequeño cuando la logica dice que su estomago deberia inflarse. imposible! este espectaculo de farsantes ha de tener algun truco ilusorio! me digo a mi mismo intentando ver como lo hace. Con espejos concluyo pero la respuesta no me satisface demasiado. El olor a sangre y bilis llena el aire y veo como algunas damas cubren su rostro con un pañuelo para posteriormente desmayarse al lado de su galan. Esther sigue atenta a todo, aunque con la nariz regañada en un gesto de desagrado.
los pies empiezan a escurrirse y chorrear una negra bilis y contemplo como su rostro se hunde lentamente hacia ellos, o son sus pies que estan empezando a subir¿?
Entonces se detiene un momento y nos mira como queriendo indicar que lo que esta haciendo no le cuesta lo mas minimo. Su mirada que ahora parece desquiciada rodeada por toda la sangre nos mira una ultima vez y sus dientes rojos y demasiado grandes parecen sonreirnos. En un ultimo suspiro traga sus piernas y queda su cabeza como un melon maduro depositado en el suelo.
Su boca se hace mas ancha si eso fuera posible y sigue mordisqueando. los dientes empiezan a hacer desaparecer su cara, primero la nariz luego los ojos y las cejas hasta q solo queda una boca que se cierra sobre si misma. En ese momento y en medio del humo la boca desaparece y el escenario se queda vacio bajo el foco.
el publico se mantiene en silencio por un momento anonadado. Un hombre rechoncho salta al cemntro de la pista y grita "Nestor... el hombre que se devora a si mismo... " ta chan!!!!!!!! Todos miran al centro de la pista y parecen descansar por que el espectaculo haya acabado. La absurda idea de aplaudir recorre a unos pocos de los que alli estan y se oyen solitarias palmadas entre un mar de gente. El maestro de carpa continua su peyorata: recuerden, la proxima sesion sera a las ocho. No se olviden pasar por la sala de recuerdos.
Esther y yo abandonamos la carpa en silencio y no es solo hasta dos horas despues que intercambiamos una o dos palabras y ninguna sobre lo que acabamos de ver, como intentando olvidarlo. Esa noche, en mi cama me retuerzo con extrañas pesadillas que se que hasta el final de mis dias me acompañaran esporadicamente.
9 comentarios
Lucía -
Carmen -
Muchas gracias por los ánimos del otro día en mi blog.
Y sí, este microcuento es gore, especialmente para estómagos sensibles, pero también muy bueno. :)
Un saludito.
Juanjo -
Lo más gracioso es que tenga que hacerlo de nuevo a las ocho.
Mónica -
Juan Pablo -
luis -
Adai -
Pablo -
Tom -